En aplicaciones ambientales, el VAE (Vinilo Acetato-Etileno) y el PVA ofrecen ventajas distintas. La biodegradabilidad del PVA en condiciones aeróbicas lo hace adecuado para empaques solubles en agua, con tasas de degradación microbiana del 60-80% en sistemas de lodos activados. Su baja toxicidad (LD50 oral >2000 mg/kg) y la aprobación de la FDA para contacto con alimentos aumentan su amigabilidad con el medio ambiente. El VAE, aunque no es completamente biodegradable, reduce las emisiones de COV en recubrimientos y adhesivos, con formulaciones que contienen <50 g/L de COV cumpliendo con los estándares de construcción sostenible. Las emulsiones de VAE en pinturas exteriores ofrecen una vida útil más larga, reduciendo la necesidad de reaplicación y el desperdicio de materiales. Para la construcción sostenible, los morteros modificados con VAE requieren menos cemento, disminuyendo las huellas de carbono, mientras que la solubilidad en agua del PVA permite soluciones de empaque sin residuos en las industrias de detergentes y pesticidas.